Parte de la Resistencia italiana en la Segunda Guerra Mundial, profesora y sindicalista; activista por abolir la discriminación de género en el lugar de trabajo y porque la salud fuera considerada un bien esencial; Tina Anselmi Ongarato fue la primera mujer en ser nombrada ministra en su país.
Proveniente de una familia católica, creció en Castelfranco, al norte de Italia. Desde su adolescencia militó en la Juventud Femenina de Acción Católica, ala del partido Democracia Cristiana (DC).
Tenía 17 años cuando en 1944, en el marco de la operación Piave -creada para eliminar las formaciones partisanas del Monte Grappa-, la obligaron junto a todo el pueblo a presenciar una masacre nazi-fascista: el ahorcamiento de 31 personas acusadas de “guerrilleras”. A la semana siguiente Tina se unió a la Resistencia bajo la chapa de Gabriella.
De madrugada o al anochecer, recorría kilómetros y kilómetros en bicicleta como mensajera de la brigada “Cesare Battisti”. Pronto se transformó en “secretaria” de quien comandaba las cuadrillas de combatientes de la región del Véneto. En los últimos días de la ocupación, le tocó ir al cuartel general alemán junto a otros dos compañeros para acordar que no habría víctimas ni represalias.
Se mudó a Milán. Se licenció en letras de la Universidad Católica del Sagrado Corazón. Trabajó como profesora en pequeños pueblos que habían sido devastados en el transcurso de la guerra. Participó en la Confederación General Italiana del Trabajo y en la Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores.
Delegada nacional de su partido, en 1959 la eligieron diputada del Parlamento. Cuatro años después vicepresidenta de la Unión Europea de Mujeres. En 1976, en el tercer gobierno del también DC Giulio Andreotti, la nombraron ministra en Italia por primera vez. Durante su vida fue titular de las carteras de Trabajo y Seguridad y de Salud.