Hazel Dorothy Scott fue una pianista, cantante y música de jazz, considerada como una de las mejores de su época. Nació y vivió en Trinidad y Tobago hasta los 4 años, cuando sus padres decidieron mudarse a Nueva York al descubrir que era una prodigio musical. Su madre, profesora de música clásica, le enseñó a tocar el piano y cultivó su talento consiguiendo varias becas que le permitieron a Hazel estudiar en Juilliard desde los 8 años.
Ya en la adolescencia participaba en la banda de jazz “Alma Long Scott” como pianista y trompetista, además de colaborar en distintas radios locales. Partió en la actuación participando en obras de Broadway, hasta que en 1942 llamó la atención de Hollywood y se le ofreció actuar de ella misma en variadas películas. Aquí no solo demostró sus extraordinarios dotes musicales y su indudable belleza, sino que también sus ideales al negarse a interpretar papeles clichés para gente de color o usar vestuario que ella consideraba ofensivo.
En 1950, otra oportunidad de oro para Hazel fue la creación de su propio programa en televisión abierta “The Hazel Scott Show”, donde interpretaba clásicos de jazz, blues, baladas y canciones de musicales. Su nombre se volvió importante dentro del mundo del espectáculo y la élite de la época al convertirse en una de las mujeres afro-caribeñas mejor pagada a nivel mundial. Sin embargo, su carrera descendió al verse involucrada con el Partido Comunista y ofrecerse voluntariamente a declarar frente al Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara, institución gubernamental que investigaba a los subversivos.
El escándalo político la obligó a mudarse a París y desarrollar su carrera por Europa. Volvió a Estados Unidos en 1967 cuando ya estaban establecidos los derechos civiles contra la segregación y vivió una nueva etapa de fama en el espectáculo participando en programas de televisión. El 2 de octubre de 1981, murió de cáncer en el estado de Manhattan, dejando como legado su lucha por abrir camino a los artistas de color.