La escritora e intelectual Margo Glantz, figura clave de la literatura latinoamericana, aborda en sus obras aspectos de su propia biografía junto a temas como la migración, la pluralidad social y la influencia española en su natal México.
Su fascinación por los libros y la escritura se origina en su infancia. De pocos amigos e introvertida, Margo ya se sabía de memoria la mitología griega a los ocho años. Hija de inmigrantes ucranianos que se codeaban con la bohemia intelectual mexicana de los años treinta, durante su adolescencia se encontró con la obra de Emilio Salgari, William Faulkner y Thomas Mann, entre otros grandes de la literatura universal.
Un profesor de su escuela fue el primero en ver un texto de Margo, que calificó de interesante pero fragmentado. En efecto, la ensayista siguió desarrollando esta característica en su trabajo literario, que mezcla distintas temáticas y referencias a partir de textos que se completan apelando a la intertextualidad. Margo estudió Letras Inglesas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero la literatura anglosajona no fue suficiente y luego complementó sus estudios con los de Letras Hispánicas e Historia del Arte con especialidad en Historia del Teatro. Fue gracias a las tablas que la autora encontró su vocación de narradora.
Su extensa obra incluye ensayos, crítica, novelas y publicaciones que han sido en su mayoría alabadas y en las cuales aborda tópicos como el viaje, el teatro, la conquista de América y su familia, en libros como Las genealogías (1981) y Síndrome de naufragios (1984), que fueron aplaudidos y premiados. En los noventa se dedicó a investigar a Sor Juana Inés de la Cruz, emblema del barroco hispanoamericano, labor que decantó en tres publicaciones esenciales sobre la religiosa: Sor Juana Inés de la Cruz, ¿hagiografía o autobiografía? (1995), Sor Juana Inés de la Cruz: saberes y placeres (1996) y Sor Juana: La comparación y la hipérbole (2000).
Desde 1958 Margo fue docente en la UNAM, hoy ya retirada tiene el título de profesora emérita por su trabajo de cincuenta años en educación. Además ha impartido clases en universidades internacionales como Yale, Cambridge, Princeton y Harvard, entre otras. En reconocimiento a su labor de investigación y creación sobre el mundo hispano y mexicano, es miembro de la Academia de la Lengua desde 1995 y se le otorgó el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2004.
Con cerca de noventa años, en 2018 se convirtió en la segunda mujer convocada a ocupar el máximo cargo en el Fondo de Cultura Económica, una institución editorial del gobierno mexicano que edita y promueve publicaciones mexicanas e iberoamericanas por el resto del mundo. Sin embargo, Margo declinó aceptar el puesto por razones personales. Es una activa usuaria de Twitter, ámbito que le acomoda especialmente, ya que le permite trasladar la característica fragmentación de sus textos a las redes sociales.