Tenía doce años cuando una prima la llevó a ver un ballet de Stravinsky, experiencia que la dejó pasmada: fue inolvidable pero no entendió nada. Años después, en su afán de formarse una estructura de conocimientos para comprender el mundo, se decidió a estudiar Literatura en la Universidad de Buenos Aires, una educación que, según plantea ella misma, le ha permitido organizar las múltiples formas de leer lo urbano, lo social y lo político. Más adelante, Beatriz Sarlo, una de las intelectuales contemporáneas más relevantes de habla hispana, ha liderado la discusión sobre la producción cultural y las expresiones populares de su natal Argentina.
A fines de los setenta, junto a un grupo de intelectuales formó Punto de Vista, una publicación contraria a la dictadura, que dirigió hasta 2008. La revista, dedicada a la sociología de la cultura, la política, la estética y la literatura, es un referente tanto para Argentina como para el resto del continente. Entre los escritos de Beatriz Sarlo destacan Una modernidad periférica: Buenos Aires 1920 y 1930, en el que explica que la modernidad en Latinoamérica es un proceso incompleto, dado que tomó como referencia la experiencia europea, pero no se supo adaptar a las instituciones en crisis del continente.
Luego de publicar este libro, Beatriz se distanció de la crítica literaria para adoptar una visión multidisciplinaria que se concretó cuatro años más tarde en La imaginación técnica: sueños modernos de la cultura argentina, donde se refiere a la tecnología, la ficción y los medios masivos como elementos que modelan las clases medias y su pensamiento moderno.