Alguna vez contó que llegó a Nueva York, en 1959, con “70 dólares, dos maletas y un niño de 7”. Susan Sontag venía saliendo de un divorcio -se había casado a los 17 años con uno de sus profesores universitarios-, había sido una estudiante brillante en varias de las mejores casas de estudio de Estados Unidos, y se trasladó a la Gran Manzana para comenzar una carrera en literatura. Los primeros años se las arregló haciendo clases en tres universidades distintas y trabajando de editora. Publicó su primera novela en 1963, pero no fue hasta el año siguiente, con su primer libro de ensayos, que llamó la atención como una de las mentes más brillantes de su país. Pronto se volvería una de las pensadoras y escritoras más importantes, infatigables, fuertes y desafiantes del siglo XX.
Su prolífica obra abarca cuento, prosa, novela, ensayo, dirección de largometrajes y varias obras de teatro. En todos estos medios fue capaz de plantear una visión que exploraba la política, la realidad humana, o el arte, en reflexiones completamente contemporáneas. Su ensayo Sobre la fotografía se abrió paso más allá de los círculos intelectuales para plantearse como una obra clave en la reflexión de la imagen del siglo XX.
En los años 70 se le diagnosticó cáncer de mamas, con pocas posibilidades de vivir más allá de un par de años. Ella batalló el proceso y por tres décadas, y varias reapariciones de la enfermedad, le ganó al pronóstico inicial. No siempre bien recibida por sus pares intelectuales, debido a su continuo intento por obligar a mirar desde otro punto de vista; fue ardua crítica de las decisiones del gobierno de Estados Unidos, como la guerra de Vietnam, la invasión a Medio Oriente y la relación entre el atentado de las Torres Gemelas con la política exterior de su país.
Sontag una luchadora activa por los derechos de los escritores, siendo la presidente de PEN America, organización dedicada a la libertad de expresión y al proseguir de la literatura. Su lista de premios es extensa, pero destacan en 2003 el Premio Príncipe de Asturias, varios premios en su país como el National Book Award y el National Book Critics Circle Award. Fue nombrada Commandeur de l’Ordre des Arts et des Lettres por el gobierno francés en 1999.
Su relación de amor final también fue importante, fue pareja de la fotógrafa Annie Leibovitz, esta la fotografió, fuerte y hermosa, antes de morir.
Sontag fue una intelectual particular y fundamental porque se interesó en una gran variedad de temas y trató de entender fenómenos culturales abordados desde el consumo de drogas o de pornografía, por ejemplo. No se mantuvo flotando por encima del mundo, si no que lo vivió intensamente.
* Esta bacana es parte de nuestro libro Mujeres Bacanas.