Gupta es una periodista india, fundadora y presidenta de Apne Aap Women Worldwide, una ONG con base en India, que trabaja para acabar con el tráfico sexual o trata de personas. En la ciudad de Calcuta, millones de personas viven en extrema pobreza, lo cual los convierte en blancos de la inmensa y lucrativa industria del tráfico sexual. Según cifras oficiales, en 2015 desaparecían diariamente 400 mujeres y niñas en ese país, y los activistas calculan que en India hay entre tres y nueve millones de víctimas de la trata de personas, muchas de las cuales terminan en Sonagachi, barrio rojo de Calcuta, donde hay un centro comunitario dirigido por Apne Aap.
Gupta partió ejerciendo como periodista en varios periódicos de la India. Durante su carrera se dedicó a cubrir temas que tenían que ver con los derechos de las mujeres, los conflictos de castas y la discriminación de las minorías en su país. En 1996 trabajó en el documental “The Selling of Innocents”, ganador de un premio Emmy y que inspiró luego la creación de su organización Apne Aap.
Ruchira ya lleva más de 25 años dedicada a denunciar el nexo entre tráfico de mujeres y prostitución, para que así la ley castigue a los perpetradores y no a las víctimas. Antes de fundar Apne Aap, Gupta trabajó una década en las Naciones Unidas en misiones en Irán, Nepal, Tailandia, Laos, Vietnam, Indonesia y Filipinas, entre otros. Junto a otros activistas, ha presionado en la ONU para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas. Además le tocó testificar en el Senado de los Estados Unidos para lograr la aprobación de la Ley de Protección de Víctimas de la Trata el año 2000.
Por su loable labor ha ganado un montón de premios como el Clinton Global Citizen Award en 2007 y 2009. Su trabajo ha aparecido además en libros como “Half the Sky” de Sheryl WuDunn y Nicholas Kristof.
Por estos días Gupta ha figurado en la prensa internacional, como vocera de Apne Aap, debido a una preocupante creencia que ido al alza y tiene que ver con la idea de que tener sexo con una niña virgen puede curar el Sida o al menos proteger al hombre de contraer el VIH. Con ese propósito miles de campesinos de la India llegan hasta ciudades como Calcuta para contratar servicios sexuales con jóvenes, o niñas, vírgenes que suelen ser víctimas de trata de blancas.