El 2016 Frances Morris pasó a la historia por ser la primera mujer nombrada directora del Tate Modern, y no sólo de este museo sino que además fue la primera mujer en dirigir una galería o museo de arte en Inglaterra.
El arte siempre estuvo presente en su vida, su padre era arquitecto y su madre profesora de arte, por lo tanto la cultura siempre fue parte de su rutina.
Así fue como esta historiadora del arte de la Universidad de Cambridge que ingresó al circuito de museos y galerías en 1987 y pasó de ser curadora a encargada de exposiciones, donde su foco principal siempre fue llegar al reconocimiento internacional de cada muestra y la representación de las mujeres en el arte. En el año 2000 fue la responsable de la muestra de apertura de la Tate Modern que transformó la forma en que los museos de arte moderno realizan sus exposiciones y montajes. Fue la curadora de grandes exposiciones de colaboración internacional, incluyendo retrospectivas de las artistas Louise Bourgeois, Yayoi Kusama y Agnes Martin, hasta finalmente convertirse en directora el año 2016.
Los ojos han estado en su labor desde que asumió el cargo, ya que dirige el museo de arte moderno más visitado del mundo. La línea editorial que eligió Frances para su nombramiento fue la de dar espacio a artistas femeninas en la Tate, de manera de equiparar su presencia en el museo.
Hace un año estuvo en Chile dando algunas charlas, en las cuales recalcó su compromiso como autoridad principal del Tate Modern de tanto equilibrar la colección, como de fomentar la carrera de muchas mujeres que han sido pasadas por alto en el arte. Además reconoció que una de las claves para que el museo que dirige siga siendo tan exitoso es la creación de equipo empoderados, empáticos, dónde cada labor es importante y es valorada por igual.