Fue una de las máximas exponentes de las ciencias sociales contemporáneas, y precursora del feminismo en EE.UU. por sus estudios sobre los roles de género, la masculinidad y la feminidad y sus cuestionamientos a la estructura familiar tradicional. Margaret Mead fue una conocida antropóloga estadounidense; hija de profesionales de las ciencias sociales y nacida y criada en Filadelfia, hasta que se mudó a Nueva York para estudiar en la Universidad de Columbia, institución que le otorgó el grado de Doctora.
Inspirada en la figura de su abuela materna, a quien consideraba una gran mujer, dedicó su vida a estudiar y comparar los roles de género entre sociedades occidentales y de tribus indígena, especialmente, en Bali, Nueva Guinea y en las Islas del Almirantazgo, lo que la llevó a descubrir que no es la biología lo que define los roles de género, sino que son los entornos sociales -conclusión que desató críticas-. “La naturaleza humana es maleable”, fue una de sus frases más célebres. Además de sus avances científicos, la enseñanza también desempeñó un papel importante en su vida. Fue docente en las universidades de Columbia, Yale y Nueva York y trabajó, hasta sus últimos años, en el Museo de Historia Natural de esa ciudad.
En 1935 se casó con Gregory Bateson, un antropólogo que contribuyó a una de sus investigaciones, con quien tuvo su única hija, Mary Catherine. Mead, publicó numerosos libros donde se encargó de plasmar su vasto conocimiento intercultural; dentro de sus principales obras están: Adolescencia, Sexo y Cultura en Samoa (1928), Creciendo en Nueva Guinea (1930) y Masculino y Femenino (1946). También recibió numerosos honores y galardones, entre ellos, el Premio Kalinga, otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Medalla Presidencial de la Libertad. A los 77 años, murió de un cáncer en la ciudad de Nueva York.