La bióloga británica Anne Laura Dorinthea McLaren fue pionera en el área de la biología del desarrollo, conocida como la “madre de la fertilización in vitro”.
Nació y vivió en Londres hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, cuando su familia se trasladó al norte de Gales. Siempre sintió interés por la ciencia, y como anécdota, cuando era niña, apareció en la primera versión para el cine del libro de H. G. Wells De aquí a cien años (1936).
Estudió zoología en la Universidad de Oxford y obtuvo además un máster en artes. En 1949 continuó sus estudios de posgrado con una investigación sobre las plagas de ácaros que afectan a cultivos, estudió genética con conejos y después virus neurotrópicos. Obtuvo su doctorado en 1952 y ese mismo año se casó con su compañero Donald Michie, pionero de la inteligencia artificial. Juntos trabajaron en el University College de Londres.
En los años 50, McLaren comenzó a experimentar con ratones para entender mejor el desarrollo embrionario de los mamíferos. Ocho años después, en 1958, McLaren y su colega John Biggers publicaron los resultados del estudio en la revista Nature.
En el intertanto el matrimonio Michie Mc Laren tuvo tres hijos y luego se divorciaron de manera amistosa. Anne se mudó a la ciudad de Edimburgo y trabajó en el Instituto de Genética Animal. Entre 1959 y 1977 investigó temas relacionados con fertilidad, desarrollo y epigenética. En 1973, dejó Edimburgo y se convirtió en directora del Consejo de Investigación Médica de Reino Unido, en Londres.
Sus primeras investigaciones y experimentos en ratones fueron la base de la fertilización in vitro, proceso en el que el óvulo se fertiliza con esperma en un laboratorio y luego vuelve a implantarse en el útero de la mujer. Veinte años después de su descubrimiento, en 1978, nació Louise Brown, “la primera bebé de probeta del mundo”. Desde entonces, millones de personas han cumplido su sueño de ser padres gracias a los estudios de McLaren, despertando también debates éticos controversiales sobre el origen de la vida.
En 1992, Anne se jubiló y se fue a vivir a Cambridge. Entre 1992 y 1996, McLaren ostentó el cargo de vicepresidenta de The Royal Society, la institución científica más antigua del mundo, siendo la primera mujer en ocupar el cargo en más de 300 años de historia. Murió en un accidente de coche en 2007, a los 80 años, junto a su exmarido, de 83 años.