Teórica marxista del feminismo anticapitalista, la filósofa e historiadora Silvia Federici cofundó el Colectivo Feminista Internacional, el Comité para la Libertad Académica en África (CAFA) e impulsó las campañas “Salarios para el Trabajo Doméstico”.
La investigadora plantea que el trabajo doméstico, reproductivo y de cuidados que hacen gratis las mujeres es la base sobre la que se sostiene el capitalismo.
Nacida en Italia, a los 25 años se mudó a Estados Unidos para estudiar filosofía en la Universidad de Buffalo. En los años 70, abogó para que a las mujeres se les reconociera y remunerara las labores domésticas. Cofundó el Colectivo Feminista Internacional para promover el debate acerca del trabajo reproductivo. A partir de esto, se formaron comités en todo el mundo para exigir un salario por el trabajo doméstico.
Se mudo a Nigeria, África, donde se desempeñó como profesora. En 1991 cocreó CAFA para apoyar a los estudiantes y docentes que se oponían a la implementación del Programa de Ajuste Estructural, patrocinado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que recortó presupuestos educacionales, aumentó las tasas estudiantiles y reprimió a quienes estuvieran en contra.
Escribió “Calibán y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria”, donde fundamentó que el trabajo doméstico es una forma de relación social construida por el capitalismo. Más tarde publicó “Revolución en punto cero: trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas”, planteando que la remuneración de los trabajos gratuitos de reproducción social mejoraría las condiciones de las mujeres.
Para Silvia Federici hoy el movimiento feminista tiene al menos tres tareas: establecer una visión de hacia dónde vamos; construir estrategias, debates, desarrollar investigaciones; y definir qué herramientas necesitamos para construir una lucha proactiva y constructiva. “El feminismo hoy no se limita solo a cambios en las condiciones de las mujeres. Las feministas tienen algo que decir sobre absolutamente todo”, dijo en una entrevista.