Navanethem Pillay o Navi, como ella se presenta, es una jurista africana e incansable activista que ejerció como Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos por seis años. De origen indio, pero nacida en Sudáfrica en 1941, Navi tuvo una infancia difícil llena de limitaciones y rodeada discriminación y explotación infantil. Su pasión por las leyes comenzó en esta época, al percatarse de las injusticias sociales de quienes tenían su misma edad.
Estudió un doctorado en derecho en la Universidad de Harvard y ejerció como abogada en una intensa iniciativa contra la segregación racial en Sudáfrica. Además, trabajó activamente como sindicalista en defensa de los derechos de la mujer y colaboró con variadas organizaciones que resguardan los derechos de los niños, los presos, víctimas de tortura y violencia doméstica. También apoyó el proyecto “Born to be Equal” de la ONU en 2012, que defiende las distintas identidades de género y orientaciones sexuales.
Su currículum la llevó a ser jueza del Tribunal Penal Internacional para Ruanda por ocho años y de la Corte Penal Internacional de la Haya; dos de los más importantes a nivel mundial. En 2008 fue elegida como Alta Comisionada de la ONU en defensa de los derechos humanos, cargo que mantuvo hasta 2014. Fue la primera galardonada con el ahora descontinuado premio Gruber en 2003, dedicado a la contribución en la defensa de los derechos de las mujeres en el mundo.
A pesar de ser discriminada por ser mujer, por su origen pobre y por su color de piel, Navi se convirtió en una de las activistas más relevantes de nuestra época, trabajando en los más importantes escenarios en defensa de los derechos humanos.