Natalia Rebolledo es una administradora pública chilena y directora ejecutiva de la Fundación ‘Un alto en el desierto’, entidad que impulsa causas de acción para combatir y mitigar la crisis hídrica en el norte del país.
Natalia se graduó de la Universidad de Chile y por casi una década fue parte del sector público donde trabajó en entidades como el Ministerio de Vivienda y el Fondo Nacional de Salud. Además, tiene experiencia en la dirección de diversos grupos de trabajos y gestiones sobre uso de agua.
En 2013 decidió dar un paso al costado y salirse del organismo estatal para impulsar una iniciativa de concientización sobre el recurso hídrico desde la sociedad civil. En ese camino conoció un proyecto de recicladores de agua de la ciudad de Ovalle. Juntos formarían la fundación ‘Un alto en el desierto’, la primera red de cosechadores de agua de Chile, quienes buscan reutilizar el recurso desde sus diversos orígenes.
La entidad colabora con comunidades, escuelas y universidades para combatir la sequía a través de la creación de soluciones efectivas, con las que buscan acercar a la población una educación ambiental que los ayude a generar estrategias innovadoras ante la escasez.
‘Un alto en el desierto’ ha levantado proyectos como los atrapa nieblas de la Reserva Ecológica Cerro Grande, la creación de programas de educación ambiental con los que buscan actuar por la eficiencia hídrica y el reuso de “aguas grises”. Según Mujer Impacta, esta última iniciativa la realizan de forma colaborativa con 15 escuelas rurales, las que a diario reciclan alrededor de 5 mil litros de agua gracias a un sistema creado junto a la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y el Liceo Bicentenario Politécnico de Ovalle.
En la actualidad Natalia busca motivar y capacitar para que colaborativamente se creen soluciones sustentables e innovadoras en respuesta al cambio climático.