Con una fugaz vida que dejó su huella en la cultura hasta la actualidad, la reina María Isabel de Braganza es reconocida como la mente tras la creación del Museo del Prado de Madrid, uno de los patrimonios artísticos más importantes del mundo.
Nacida en Portugal e hija del rey Juan VI, María Isabel vivió una infancia marcada por la educación artística, y también por la invasión napoleónica y exilio que llevó a su familia a residir en Brasil. Tras el conflicto logró retornar a la península, pero a sus 19 años su tío, el rey Fernando VII de España, reclamaría su mano, uniéndose a él en un matrimonio meramente político y concertado en favor de la máxima autoridad.
Su llegada a Madrid fue desdichada. El arte fue su principal vía de expresión, y fue esta pasión la que la motivó a dirigir y promover la protección de obras artísticas, entre ellas las del Monasterio de El Escorial, las que estaban sumamente deterioradas tras los diversos conflictos políticos y sociales.
En un principio las llevó al Palacio Real Riofrío, para luego trasladarlas a Madrid donde comenzó a gestar la idea de un museo que albergara todo este patrimonio. Este abriría en el Palacio del Prado bajo el nombre de Real Museo de Pinturas, lo que actualmente es conocido como el Museo del Prado.
Si bien ese es considerado el inicio de una de las instituciones culturales más importantes de España, María Isabel no alcanzó a conocer este espacio cultural pues una negligente atención en su embarazo acabaría con su vida y la de su bebé, muriendo a los 21 años en 1818.