Conocida como “Grandma Moses”, la pintora estadounidense Anna Mary Robertson se destacó por su talento para representar escenas y paisajes cotidianos en un estilo folclórico, y por su avanzada edad al comenzar su carrera como artista: 70 años.
Nació en una pequeña comunidad al norte de Nueva York, dentro de una familia de agricultores. Mientras sus cinco hermanos ayudaban a su padre en el trabajo de granja, Anna Mary y sus cuatro hermanas debieron aprender labores domésticas para comenzar a trabajar en casas vecinas.
A los 27 años se casó con su único y gran amor, Thomas Moses, y se mudó a Virginia. Tuvieron 10 hijos, de los cuales cinco murieron a temprana edad. En 1927, de vuelta en la zona rural de Nueva York, Thomas falleció de un ataque al corazón y Anna enfermó de artritis provocada por largos años dedicados al bordado y a la confección de mantequilla. Decidió entonces aprender a pintar y gracias a su amistad con vendedores de la ciudad, exhibió sus obras en la vitrina de una tienda. Años más tarde las encontraría el coleccionista neoyorquino Louis Caldor, quien terminó comprando todo el lote y organizó en 1940 una exposición en la Galerie Saint-Etienne de la Gran Manzana.
Su trabajo se volvió codiciado por coleccionistas de arte a nivel mundial, siendo las obras más famosas: “The Old Checkered House”, que en la época costó 10 dólares y hoy se avalúa en 51 millones de dólares y “Fourth of July”, pintada para el presidente Eisenhower y que aún se encuentra en la Casa Blanca.
En 1949 Grandma Moses fue condecorada en Washington por el presidente Harry S. Truman. Al año siguiente, se estrenó un documental sobre su vida que fue nominado a los premios Óscar y en 1952 publicó una autobiografía titulada “La historia de mi vida”. Años más tarde, en 1960, el entonces gobernador de Nueva York, Nelson Rockefeller, declaró el “Grandma Moses Day” por su cumpleaños número 100. Meses después de cumplir 101, la muerte de Anna apareció en todas las portadas de diarios estadounidenses.