Tomar imágenes y eslóganes de revistas para formar un nuevo contexto y diseño en torno a temáticas sociales. Ese fue el estilo disruptivo con el que la diseñadora gráfica Barbara Kruger impulsó un arte revolucionario, a través de un nuevo uso del lenguaje y de los símbolos.
Kruger ingresó a la Syracuse University y complementó sus estudios de arte y diseño en la Parson’s School of Design en Nueva York, pero por razones económicas no pudo continuar terminar. En los 60 ingresó a la industria de las revistas, llegando a liderar los departamentos de diseño y planificación artística de este rubro. Por 10 años se mantuvo en esta área hasta que comenzó a interesarse en el arte y la fotografía, con lo que levantaría su primera producción de crítica social titulada “Picture/Readings”.
En la década del 70 la artista dejó a un lado la producción fotográfica en sus diseños y se volcó por una nueva idea creativa: tomar las imágenes comerciales y apropiarse de frases de revistas para armar sus creaciones. A través de una consigna en blanco y negro con lienzos rojos, Bárbara creó su sello personal usando un lenguaje directo y sarcástico, aprovechando la publicidad y la comunicación de masas para impulsar críticas hacia el consumismo, las doctrinas ideológicas y la política, pero, sobre todo, a la opresión patriarcal y objetualización de la mujer.
Su obra de carácter conceptual irrumpió en el arte contemporáneo a través de pancartas y collages, donde usó el poder de las palabras para apelar a las contradicciones, banalidades y convenciones de la sociedad moderna. Sus creaciones marcaron un hito en la esfera artística y social, llegando a las portadas de Esquire, Newsweek y el New York Times. Además, sus producciones estuvieron presentes en colecciones del Museo de Arte Americano y en el Museo de Arte de Nueva York. A sus 76 años, Bárbara sigue presente en la esfera actual con su arte político, promoviendo la crítica al capital y al sensacionalismo.