El lunes 26 de septiembre se firmó el acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC. El Presidente Santos y Rodrigo Londoño, alias Timochenko, usaron un “balígrafo” – bala convertida en lapicera- para sellar el fin de un conflicto armado que duró 52 años y que significó cientos de miles de muertos y millones de desplazados en Colombia. En el escenario montado para la ceremonia, acompañaron este momento histórico diversas autoridades del mundo vistiendo ropas blancas en señal de paz: Ban Ki-moon, el ex Rey Juan Carlos, Macri, Maduro, Kerry , Correa, Peña Nieto y Michelle Bachelet, entre varios otros. La presidenta de Chile fue una de las pocas mujeres presentes en el evento; la otra era Victoria Sandino.
Su verdadero nombre es Judith Simanca Herrera, pero se lo cambió por Victoria – o Vicky Sandino- cuando se unió a las FARC hace 24 años. Mujer de confianza del comandante Alfonso Cano, se transformó en una de las principales voceras de la guerrilla y, durante estos últimos tres años, jugó un rol importantísimo como delegada para el proceso de paz en La Habana.
Cuesta juzgar el rol de Vicky durante las más de dos décadas que dedicó al combate en este conflicto lleno de sangre, violencia y sufrimiento. Nos consta sí que últimamente se dedicó a trabajar por la paz con sus ideas feministas y que defendió los derechos de la mujer desde la Subcomisión de Género de la mesa de diálogo que la insurgencia y el Estado colombiano montaron en Cuba para terminar con la guerra.
Las mujeres siempre tuvieron un espacio importante dentro de las FARC. Hasta la semana pasada el 40% de sus filas eran femeninas, aunque eso no significa que allí existiera igualdad de género. En un mundo culturalmente machista (campesinos y comunistas) Vicky reconoce que las guerrilleras –o “farianas”, como les llama ella- tuvieron que ser muy fuertes para ganarse el “respetico” de sus compañeros de armas. “Las campesinas en general se equiparan con los hombres en la fuerza. Pero las guerrilleras somos vanidosas. Yo quiero ser vanidosa así tenga 87 años”, confiesa Sandino quien cultiva un estilo propio con diseños étnicos y coloridos turbantes. Días antes de la firma de paz le preguntaron qué tenida iba a elegir para la ocasión y cocoroca respondió que no lo había decidido pero de blanco tendría que ser.
Victoria lideró al interior de la guerrilla, y luego durante la negociación de paz, la batalla por conseguir la igualdad y el reconocimiento de los derechos de las mujeres, asegurar su rol productivo, su derecho de propiedad y algunos cargos de representación en el proceso de reinserción que les viene por delante: “No vamos a salir de aquí a ser amas de casa y criar hijos”, asegura.
Otro logro para ella como miembro de la Subcomisión fue lograr que la violencia sexual fuera considerado delito de lesa humanidad, no amnistiable ni indultable, teniendo en cuenta que estos abusos fueron cometidos por la guerrilla y por todos quienes participaron en el conflicto. También se garantizó la igualdad de derechos para la comunidad LGBTI entre varios otros puntos que consolidaron una inédita agenda de género dentro de un proceso de estas características.
“Las Farc crearán un nuevo feminismo”, promete Victoria Sandino a días de que Colombia confirme la paz en el referendo de este domingo, si acaso tal cosa efectivamente sucede.