Murió recientemente este año luego de pasar 50 años privada de la pasión que la hizo conocida. Annapurna Devi fue una de las mejores músicas de su época, destacada concertista de música clásica indostaní, característica del norte de India, pero un día decidió jamás volver a tocar. Así lo hizo y se recluyó en su casa en Bombay, donde vivió hasta el pasado 13 de octubre.
Nació en Maihar, en medio de la colonia británica en India. Su padre era músico en la corte real y a Annapurna le gustó la música desde muy pequeña. Al ver su interés en las lecciones de su hermano, su padre comenzó a enseñarle a ella, primero a tocar el sitar, instrumento de cuerda indio, y luego el surbahar, más grande, difícil y completo que el primero.
A los 13 años conoció a Ravi Shankar, destacado músico de 20 años, con quien sus padres le concertaron matrimonio. En 1941 la convirtieron al hinduismo y se casaron, pero nunca llegaron a enamorarse ni tener chispa entre ellos.
Annapurna tenía mucho más talento musical que Ravi. Aparentemente él no podía tolerar que su mujer fuera mejor que él, y se molestaba mucho al ver las ovaciones del público cuando tocaba. Cuando tocaban juntos, al terminar las funciones, la gente la rodeaba a ella y no a él. El disgusto de Ravi empezó a generar los primeros conflictos en su relación.
Independientemente de las diferencias que pudieran haber tenido, la cultura india es fuertemente conservadora y patriarcal, aunque no lo amara, era su deber hacer lo posible para resguardar la felicidad de su marido. Para salvar su matrimonio, Annapurna juró ante una imagen de Sarasvati, diosa del conocimiento, representada tocando un sitar, que nunca volvería a tocar en público. Pero ni siquiera ese gran sacrificio pudo mantener la relación. Se separaron en 1967 y ella nunca más volvió a tocar.
Su música se perdió para el mundo, pero se dedicó a enseñar a quienes luego se convirtieron en grandes exponentes de la música india. Les enseñó a través del canto y la instrucción, y en estos 50 años solo la escuchó, en raras ocasiones, su segundo marido. Nunca grabó un disco y existe solo un registro audiovisual de uno de sus conciertos.