La científica social, diplomática y
Nació en Upsala y desde niña, Alva devoró la biblioteca de su padre con libros de socialistas y filósofos alemanes y suecos. Cuando ella tenía 17 años un joven en bicicleta se detuvo en la granja de su familia. Se trataba de Gunnar Myrdal, de quien se enamoró y se casó en 1924. Alva fue a Estocolmo para reunirse con Gunnar en la universidad. Él estudió derecho y luego economía, materia en la que ganaría un Premio Nobel. Ella estudió biblioteconomía.
En 1929 la pareja partió por un año a Estados Unidos con una beca y al llegar allá quedaron muy impresionados por la pobreza producto de la Gran Depresión. Entonces se propusieron que a Suecia nunca le ocurriera lo mismo y juntos escribieron “La cuestión de la crisis en la población (1934)”, donde planteaban, entre otras cosas, que el Estado debía incentivar el crecimiento de la natalidad a través de una mejor salud pública, almuerzos escolares gratuitos, beneficios sociales universales y mejores viviendas más asequibles. Las mujeres debían tener libertad para trabajar o estudiar creando lugares donde sus hijos puedan ser cuidados durante el día.
Alva y Gunnar argumentaron que una vez que todos los suecos sintieran que tenían asegurado un nivel de vida básico decente, elegirían tener hijos. El libro fue un éxito absoluto y se transformó en el decálogo del estado de bienestar sueco.
Alva fundó la primera escuela en Suecia para formar a maestros de preescolar, en 1949 fue la primera mujer a la que se le ofreció un puesto de alto nivel en la ONU: jefa del Departamento de Asuntos Sociales en la secretaría en Nueva York. Al año siguiente, se fue a París para dirigir la División de Ciencias Sociales de la Unesco. Fue galardonada con el primer Premio de la Paz del Pueblo Noruego.
Durante dos décadas dedicó su vida a uno de los grandes temas de la Guerra Fría: el desarme nuclear. Fue enviada como delegada sueca a la conferencia sobre desarme en Ginebra, función que desempeñó hasta 1973. Por su apoyo a procesos de desarme, fue galardonada en 1982 con el Premio Nobel de la Paz junto con Alfonso García Robles. Tenía 80 años.