Alda Merini fue una escritora, reconocida como una de las mayores exponentes y referentes de la poesía y literatura italiana durante el siglo XX.
Con versos transgresores que plasmaron el dolor de su vida, la artista se abrió camino ante una sociedad que siempre la catalogó como ‘loca’. De una familia humilde, Alda era apasionada por el piano y la escritura, talento innato que la llevó a crear sus primeras obras con apenas quince años. Su adolescencia fue difícil, pues a temprana edad ingresó en hospitales psiquiátricos, por los que transitó por el resto de su vida.
La artista nunca ocultó sus crisis de salud mental y buscó plasmar sus periodos de inestabilidad en la escritura. Sería en sus versos donde encontraría una suerte de salvavidas y donde abordó temáticas como los episodios de delirios, sus traumáticas experiencias en los centros de atención, su turbulenta maternidad y una existencia marcada por el pesar constante.
Su escritura fue catalogada como dolorosa e intensa, convirtiéndose en una de las exponentes más profundas de la poesía italiana, según El País. En 1953 publicó su primer poemario titulado “Presencia de Orfeo”, pero su consolidación en la literatura se dio principalmente entre la década de los 80 hasta principios de los 2000, cuando se centró en su carrera y creó más de diez libros de poesía, prosa y aforismo. Una de sus más grandes obras fue ‘La Terra Santa’, que en 1993 recibió el Premio Eugenio Montale.
La poeta fue postulada en 1996 para el Premio Nobel de Literatura por la Academia francesa. Más tarde, volcó sus producciones hacia una línea mística y religiosa. En los últimos años de su vida retornó a hospitales psiquiátricos y tuvo una precaria situación económica. Pese a eso nunca dejó de escribir y finalmente murió en 2009.