Conocida como Tía Ciata, es un símbolo de la historia de Brasil al convertirse en la precursora de la samba, por su constante promoción de la cultura afrobrasileña.
Tras el fin de la esclavitud y el comienzo de la industrialización existió una gran llegada de trabajadores a Rio de Janeiro, entre ellos Hilaria Batista de Almeida. Con 22 años, y siendo inmigrante del estado de Bahía, comenzó a emprender a través de la cocina. Más tarde sería conocida como Tia Ciata en su comunidad del barrio Praça Onze -también llamado pequeña África-.
El hogar de Tia Ciata comenzó a volverse un centro de reunión y música, promoviendo la cultura afrodescendiente a través de canticos y danzas, como la samba. Su casa fue un punto de encuentro cultural, en el que no sólo estaba su comunidad, sino inmigrantes de otros lugares. Allí se desarrolló la popularidad y carrera musical de artistas que, pese al fin de la esclavitud, aun eran perseguidos y censurados. Tia Ciata permitía que los artistas de samba tocaran en su patio trasero como resguardo de la Policía.
Ella se alzó como referente religioso, guía espiritual y líder de su comunidad, donde se crearon composiciones, instrumentos, bailes y se promovió la samba, la que hoy refleja la identidad de Brasil y sus raíces populares. Incluso, se dice que la primera canción de samba grabada, “Pelo Telefone”, fue realizada en su casa.
Con el fin de reconocerla y mantener vigente sus esfuerzos en pro de la música popular, se creó el centro cultural La Casa de Tia Ciata en Río de Janeiro.