Una incansable defensora de los pueblos originarios mexicanos, llamando la atención para proteger sus territorios y derechos, fue la antropóloga e historiadora Raquel Padilla Ramos. Su trabajo y estudios quedan como legado tras su asesinato, víctima de uno de los muchos femicidios que suceden en contra de las mujeres en México.
Raquel Padilla nació en Sonora, y era profesora investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México. Su pasión era específicamente la cultura de los Yaqui, un pueblo indígena de Sonora que constantemente ve amenazado su espacio y la preservación de su lengua y cultura. Padilla se transformó en una de las más importantes interlocutoras de los Yaqui ante el resto del mundo. Por ejemplo, fue una mediática embajadora dentro del conflicto por la construcción de un gasoducto que pasa por el territorio yaqui, y también ayudó a hacer el seguimiento y comenzar la repatriación de objetos rituales de la etnia que aparecieron en Suecia. Publicó cerca de 15 libros y 55 artículos sobre los yaqui y sobre otras comunidades indígenas y sus mujeres, siendo una activista feminista.
El 7 de noviembre de 2019, Raquel estaba en su casa junto a su pareja, Juan Armando. En otra habitación se encontraba su hijo de 12 años, quien escuchó los gritos de auxilio de su madre, mientras era atacada con un cuchillo.
El niño salió a pedir auxilio, y se apresó al autor del crimen mientras terminaba de cometerlo; meses después fue condenado a 45 años de cárcel. El mundo de la antropología mexicana se vio conmocionada con la muerte de Raquel, al igual que la comunidad Yaqui, que perdía una de sus mayores aliadas. En 2019 se registraron más de mil femicidios en México, lo que se considera un aumento de más del 111 por ciento de estos asesinatos en los últimos cuatro años.