Considerada la madre de Miami, Julia Tuttle es quien le dio vida a una de las ciudades más reconocidas de Estados Unidos, la única fundada por una mujer.
Originaria de Cleveland, Julia se casó, tuvo dos hijos, y luego de enviudar joven, se trasladó a Florida, donde vivía su padre. Llegó a las cercanías del río Miami en la década de 1890, y se convirtió en la mayor propietaria de las tierras del lugar. Donde todos veían pantanos y plantas selváticas, Julia veía la posibilidad de fundar una ciudad de la mano de la modernidad.
Trabajó para convencer a grandes empresarios y socios ferroviarios para que levantaran una estación de trenes en la futura metrópoli, pues sabía que eso le daría la conectividad y capacidad de desarrollo.
Pese a que en un principio no existió un gran interés, tras una mala racha climática que arrasó con gran parte de los cultivos del Estado de Florida, Miami se alzó como una nueva promesa, la que fue posible gracias a la donación de los terrenos por parte de Julia y su esfuerzo por demostrar la potencialidad de la zona.
Henry Flagler fue el empresario ferroviario que finalmente dio el vamos a la construcción de las líneas de trenes, las que llegaron a la ciudad en los últimos años del siglo XIX, ayudando a levantar la ciudad. Julia abrió desde lavanderías a hoteles en el lugar, que con los años se convertiría en una gran ciudad. Murió a los 49 años, sin todavía ver finalizado su sueño, ni retornado todo el dinero invertido en su gran sueño de Miami.