Es una de las escritoras chilenas más destacadas de su generación, es también actriz, dramaturga y guionista. Nona Fernández ha hecho una destacada carrera, con aplausos que van más allá de las fronteras nacionales, por su dedicación a la memoria del país, sus traumas y los dolores que siguen impactando el hoy.
Hija única, su nombre completo es Patricia Paola Fernández. La infancia y juventud en el Chile de la dictadura de Pinochet marcarían luego todos sus escritos y trabajos. Estudió Teatro en la Universidad Católica, y luego quedó seleccionada en un taller de escritura lo que la empujó a confiar en sus dotes de escritura. Su primer libro de cuentos, El Cielo, se publicó en el año 2000, y luego en 2002 se lanza su primera novela, Mapocho, la que escribió mientras vivía en España y esperaba su primer hijo, fruto de su relación con el también escritor Marcelo Leonart. En Mapocho, Fernández reconstruía la historia de Santiago a través de unos hermanos y el característico río que a veces mueve cuerpos sin vida.
Vinieron luego más novelas que intensificaban su trabajo en la memoria, a la vez que tomaban prestado de la realidad para crear una ficción: Av. Diez de julio Huamachuco (2007), Fuenzalida (2012), Space Invaders (2013), Chilean Electric (2015) y La dimensión desconocida (2016). Todos aplaudidos por la crítica, han llamado también la atención en el extranjero; La dimensión desconocida -sobre el testimonio de un agente de la policía secreta que torturaba- hizo que Fernández recibiera el prestigioso premio Sor Juana Inés de la Cruz, que premia la excelencia de libros escritos por mujeres en español. Space Invaders – sobre compañeros de colegio que en la adultez revisan el horror que vivieron en los ochenta- fue lanzado con éxito en el mercado anglosajón, y no sólo logró estar en la prelista del National Book Award, sino que figuras como Patti Smith lo eligieron entre sus favoritos del año.
Fernández además es guionista de teleseries, y es parte de una compañía de teatro, La pieza oscura, donde se ha desempeñado como dramaturga y actriz. Así han estrenado sus montajes El Taller y Liceo de niñas, donde a través del humor negro y el drama, Fernández insiste en su exploración del pasado chileno.