Precursora en la incorporación de la mujer en el arte, Magdalena Mira es considerada una de las primeras artistas de Chile. Figura de la pintura y escultura del siglo XIX en Latinoamérica, tras su matrimonio detuvo su carrera “cumpliendo con las normas y costumbres de la época”. Sólo volvió a tomar los pinceles como pasatiempo.
Nació en una familia aristócrata ligada al arte. Sus primeras clases las recibió de su padre, un pintor aficionado. Junto a Aurora, su hermana, asistió a la Academia de Bellas Artes y a la Escuela de Escultura. Tenían vetadas las clases donde se estudiaba el cuerpo humano por ser mujer, debieron guiarse por modelos de yeso.
Expuso por primera vez en 1883 en el Salón Oficial de Bellas Artes organizado por los pintores Pedro Lira y Ramón Subercaseaux; la muestra se realizó en el Ex Congreso Nacional. Al año siguiente la premiaron con la Medalla de Oro por su óleo “La hermana de la caridad”. Durante su trayectoria recibió tres veces este galardón.
Su pintura “Agripina Metella” fue portada del número 59 del semanario El Taller Ilustrado, pionero en la difusión y crítica del arte nacional, hecho por y para artistas. En los ‘Salones’ también participó con destacadas esculturas. “Retrato ante el caballete”, creación donde representa a su padre mirando obras de ella, es considerada la primera obra autorreferencial en la historia de la pintura chilena. Innovó en la realización de retratos de perfil, representó con soltura de pincelada el cuerpo humano, lo cotidiano.
En 1905 hizo una gira por Europa, expuso en Francia y se radicó en Roma durante tres años. Al volver obtuvo dos veces el Premio de Honor en el Salón Oficial. Participó en distintas exposiciones colectivas; su característica “técnica objetiva y naturalista” la aprendió de uno de sus maestros, Juan Mochi.
Antonio Romera, crítico e historiador español, la incluyó, junto a su hermana, en la denominada “Generación del Medio Siglo”, que agrupa a artistas que nacieron alrededor de 1850 y que trabajaron temáticas afines en torno al naturalismo y la exaltación de los sentimientos.