Poeta, actriz y maestra, en un tiempo en que la poesía amatoria se consideraba impropia para una mujer, Alfonsina Storni denunció la desigualdad entre hombres y mujeres, defendió la libertad sexual y abogó por la emancipación de la mujer. Autodefinida como una loba, decidió alejarse del rol que la sociedad esperaba de ella.
Nació en Capriasca, un municipio de lengua italiana en el sur de Suiza. A los cuatro años se fue con su familia a vivir a Argentina. Su papá murió por alcoholismo. Su mamá abrió un restaurante en Rosario. Alfonsina trabajó como copera, garzona y luego en una fábrica de sombreros. En 1907 se integró a una compañía de teatro con la que recorrió el país.
En Coronda se formó como maestra rural e hizo clases en Rosario. Se mudó a Buenos Aires. Tuvo un hijo con un hombre casado. Madre soltera, trabajó como cajera en una farmacia. A los 20 años publicó su primer poema en la revista Monos y Monadas, titulado “Anhelos”, y pronto empezó a colaborar en diversas revistas culturales.
En 1916 lanzó su primer poemario “La inquietud de Rosal”. Cuatro años después obtuvo el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura. Enseñó literatura en la Escuela Normal de Lenguas Vivas. Participó en la organización de bibliotecas populares y se desempeñó como periodista en el diario La Nación bajo el seudónimo de Tao Lao.
En la década de los 30 dejó la docencia y se marchó a recorrer Europa. Conoció a famosas escritoras y escritores. A los 43 años le detectaron cáncer de mama por lo que tuvo que ser operada, sin embargo, no se pudo erradicar la enfermedad. En 1938, fue homenajeada por la Universidad de Montevideo como una de las grandes poetas de América.
Logró ser parte de los círculos intelectuales de la época y hacerse un nombre a nivel internacional. Con depresión por los dolores causados del cáncer, el 24 de octubre de 1938 envió desde Mar del Plata a La Nación su poema “Me voy a dormir”. Al día siguiente se suicidó en el mar.