Es legalmente rubia, muy rubia. Es también ganadora de un Premio Óscar, un Globo de Oro, un premio BAFTA y un Premio del Sindicato de Actores. Además de ser una de las actrices mejor pagadas, es ahora una exitosa productora de cine y televisión. Una feminista moderna que se ha empeñado en crear el espacio para que las mujeres puedan lucirse en una industria que ha sido históricamente machista. En Hollywood se habla del “reese-nacimiento” de la actriz convertida en una chica poderosa.
Hija de un cirujano militar, Reese pasó parte importante de su infancia en Nashville-Davidson, Tennessee. Fue una niña tímida y una lectora voraz; su primera pasión fueron los libros y luego el teatro. Entró a estudiar literatura inglesa a Stanford pero no alcanzó a durar dos años y se dedicó a su trabajo como actriz. En 1996 actuó en Freeway, una película independiente que fue premiada en el festival de Sundance.
El 2001 su interpretación de Elle Woods, la abogada frívola pero inteligente y carismática de Legalmente Rubia, la catapultó a lo más alto de Hollywood. Luego vino Sweet Home Alabama con gran éxito de taquilla y Legalmente Rubia 2, donde Reese participó como productora ejecutiva y siguió consolidándose como una de las reinas de la comedia romántica.
Se ganó los aplausos del público y de la crítica por su actuación como June Carter Cash, la mujer de Johnny Cash en Walk the Line (2005). Tuvo que aprender a cantar y valió la pena el esfuerzo porque se adjudicó un Óscar, un Globo de Oro, un Bafta y un premio SAG. En 2009 cobró 29 millones de dólares por actuar en Penélope, convirtiéndose en la mejor pagada de Hollywood en ese momento.
Exitosa pero aburrida del encasillamiento en el eterno papel de la rubia simpática y asumiendo la escasez de personajes femeninos interesantes en el gran cine, decidió tomar las riendas del asunto y cambiar las cosas desde adentro. Su segundo marido, Jim Toth, la motivó a armar su propia productora (la segunda en realidad, ya había formado una que no perduró). La actriz se asoció con Bruna Papandrea y puso en marcha una productora independiente llamada Pacific Standard. Aprovechando sus dotes de buena lectora se lanzó a buscar guiones en la literatura; adquirió así los derechos de Perdida de Gillian Flynn que luego llevó al cine bajo la dirección de David Fincher, fue un éxito absoluto.
Witherspoon se convirtió en una influyente creadora de tendencias literarias; si sube la portada del libro que está leyendo a redes sociales, las ventas se disparan. Compró también la biografía Alma Salvaje hizo que el escritor Nick Hornby la adaptara al cine y la protagonizó con maestría consiguiendo una nominación al Oscar como mejor actriz (2014). Este año HBO emitió la mini serie Big Little Lies producida y protagonizada por ella y también por Nicole Kidman, Laura Dern, Zoe Kravitz y Shailene Woodley. Además de las buenas críticas la serie acaba de recibir 16 nominaciones para los próximos premios Emmy.
A sus 41 años, y en su faceta de productora y empresaria, Reese ha sido bautizada por The Washington Post como una de las Power Broker de la industria cinematográfica. Su productora Pacific Standard tiene una veintena de proyectos por delante, muchos de ellos son adaptaciones de libros con protagonistas femeninas, entre ellas una historia sobre mujeres soldados en Afganistán. Además tiene un negocio de compraventa de casas antiguas y Draper James, una empresa de joyas, moda y decoración.