Esta semana la escritora argentina Hebe Uhart ganó el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas, otorgado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Uhart vive lejos de las luces de la literatura. Su pasión radica en lo sencillo; viajar, sí, pero alojando en hoteles simples, escuchar conversaciones callejeras, observar animales, ya sea en zoológicos, en la naturaleza o en la televisión, parrillar en su departamento y recibir a los alumnos de sus talleres de literatura.
Cuentista, cronista y maestra, su literatura es como ella misma; atípica, sin grandes pretensiones pero llena de detalles enriquecedores. Cuando le recuerdan que Rodolfo Fogwill la mencionaba como la mejor escritora argentina, ella responde que Fogwill estaba loco.
Uhart es oriunda de la localidad de Moreno y tuvo una juventud marcada por trágicas muertes familiares que pocas veces ha querido abordar. Estudió filosofía en Buenos Aires pero terminó la carrera en Rosario, provincia de Santa Fe. Trabajó como profesora en la UBA y en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Se autodenomina jubilada pero sigue haciendo talleres de literatura y colaborando para diarios y revistas. También sigue escribiendo; anota en sus libretas lo que escucha, lo que conversa y lo que observa. Como por ejemplo en su cuento “En la peluquería” donde relata sus horas en el salón de belleza de su barrio. Sus títulos más recientes tratan de viajes: Turistas (cuentos, 2008); Relatos reunidos (cuentos y nouvelles, 2011) y Viajera crónica (Crónicas de viaje, 2014).
Uhart ha recibido varios premios antes del recién otorgado premio Manuel Rojas. Ganó un Premio Konex en 2004; el Premio Fundación El Libro al Mejor Libro Argentino de Creación Literario y otro Premio Konex en 2014.