Fue una misionera británica, exploradora, escritora y enfermera que se empecinó en encontrar la cura para la lepra, llevando adelante un largo y riesgoso viaje a Siberia. Kate Marsden fue una de esas audaces exploradoras de la época victoriana que además tuvo que enfrentar la discriminación por ser homosexual.
Nació en Londres y a los 16 años ya trabajaba de enfermera, luego se hizo matrona y trabajó en el Wellington Hospital en Nueva Zelanda. En 1877 la enviaron a Bulgaria para atender a los soldados rusos heridos en la guerra de Rusia con Turquía. Fue ahí que a Marsden le tocó atender a unos enfermos de lepra y en adelante tuvo la determinación de encontrar una cura a esta enfermedad.
Viajó a Egipto, Palestina, Chipre y Turquía. En Constantinopla conoció a un doctor inglés que le habló de las propiedades curativas de una hierba encontrada en Siberia. La enfermera propuso emprender un viaje de investigación a la estepa rusa apoyada por la Reina Victoria y la Emperatriz Maria Fedorovna de Rusia. En 1891 viajó a Moscú donde consiguió fondos por parte de la familia real. Marsden llevó sus propias provisiones y partió junto a su ayudante y traductora, Ada Field.
En su viaje recorrió 18.000 km a través de Rusia, en tren, trineo, a caballo y en barco. Tuvo que interrumpir su viaje cerca de Omsk porque cayó enferma. A partir de ahí, Marsden continuó sola en un carruaje tirado por caballos, luego bajó por el río Lena hasta Yakutsk, y después montó un caballo a través de la taiga pantanosa, esquivando osos y nubes de mosquitos durante días hasta que llegó a su destino en el área de Sosnovka. Ahí pudo ver las condiciones en las que vivían los pacientes con lepra, exiliados y destinados a vivir hacinados en chozas, con precaria alimentación. Emprendió el largo camino de vuelta decidida a escribir un libro con las historias de estas personas y con el fin de recaudar fondos para ayudarlos, lo publicó en 1893 y se llamó “On Sledge and Horseback to Outcast Lepers”.
En total la expedición duró 11 meses y Kate trajo la famosa hierba que buscaba, pero que lamentablemente no tuvo los efectos milagrosos que ella esperaba. En 1892, se hizo socia de la Royal Geographic Society y la Reina Victoria personalmente le otorgó un broche en forma de ángel.
Pero Marsden también cayó en desgracia; se cuestionó incluso la veracidad de su expedición, se le acusó de malversación de fondos y de haber emprendido el viaje para escapar de su condición homosexual. En esa época ser lesbiana implicaba un fuerte rechazo social. A pesar de la campaña de difamación en su contra, en 1895 fundó una organización benéfica, activa todavía hoy, conocida como St Francis Leprosy Guild. En 1897, regresó a Siberia donde abrió un hospital para leprosos en Vilyuysk. En 2014 en Sosnovka se erigió un pequeño museo y un monumento en honor a Kate Marsden.