Karoline Mayer es una religiosa alemana que llegó hace 52 años a Chile como misionera, donde su vocación social la llevó a dedicar su vida a erradicar la pobreza extrema y crear la Fundación Cristo Vive, que otorga apoyo a comunidades desposeídas a través formación laboral, educación, salud familiar y rehabilitación de adicciones.
Nació en 1943 en Eichstätt, Alemania en el seno de una familia católica y muy involucrada en la política. Al ver cómo sus padres se opusieron al régimen nazi, Karoline adquirió una gran vocación social que la llevó a comprometerse con los más necesitados. Al terminar sus estudios ingresó como novicia a la Congregación Misionera de las Siervas del Espíritu Santo. Llegó a Chile en 1968 a vivir a la población Angela Davis en Recoleta donde conoció de cerca la pobreza y decidió dedicar su vida a los desvalidos. Cinco años después se graduó como enfermera en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Cuando terminó su misión, ya en Alemania decidió regresar a Chile para llevar a cabo proyectos que tenía en mente. Pero al volver en 1973 se encontró con un país completamente cambiado, así decidió participar activamente del Comité Pro Paz y la Vicaría de la Solidaridad.
En 1990 creó la Fundación Cristo Vive, de la que sigue siendo Presidenta, y que hoy atiende a 30 mil personas en 21 centros en 8 comunas de Santiago, mediante un modelo participativo que busca la erradicar la pobreza extrema. En 2001 le fue dada la nacionalidad chilena por gracia por su labor social.
Por su compromiso a la pobreza ha recibido distinciones como la Orden al Mérito de la República Federal Alemana, el Premio Shalom por la Universidad Católica de Eichstätt, la Medalla al Mérito del Land Baden-Württemberg, el Premio Cardenal Agustín Bea de la Fundación Internacional Stiftung Humanum.