La dirigente vecinal Gretel Neira ha colonizado una suerte de paisaje lunar, en los extramuros de una toma en Alto Hospicio, Región de Tarapacá, y se siente responsable de las 170 familias del Barrio Transitorio Renacer que ahora han sido beneficiadas con el subsidio de vivienda, tras años de vivir en la precariedad total.
Es costurera, y nació en Temuco hace 56 años. Vive en Iquique desde hace casi dos décadas, y se fue corriendo más y más al norte. Crio sola a seis hijos y hoy sigue ejerciendo la maternidad que su hija no es capaz de asumir. A puro ñeque y con ayuda de las parvularias del jardín infantil Camino al Sol del Hogar del Cristo, Gretel saca adelante a sus tres nietos más pequeños y sueña con su casa propia, la de ella y la de sus vecinos.
Gerson, de 5 años, es el mayor de los nietos que la llaman “mamá”. A él se suman Karla y Jorgito, de 3, los mellizos de su hija Karla, quien tiene problemas de consumo desde los 14 años. “Sus tres hijos menores han crecido conmigo y son adictos pasivos, por lo que debo estar muy atenta a su crecimiento, para que no vayan a caer en la droga cuando sean más grandes”, cuenta.
Gracias a la máquina de coser llegó tener varios talleres de costura, pero en un momento le fue mal y perdió lo ganado. “Nos desalojaron. Paralelamente, me integré a un comité de vivienda y me eligieron secretaria. El hombre que era presidente del comité, se fue a bailar a Tarapacá y nunca más volvió, y sin querer, sabiendo la enorme responsabilidad que es, quedé a cargo. Me eligieron presidenta de manera unánime. Entonces tuvimos que buscar un terreno por todo Alto Hospicio y finalmente logramos que nos reubicaran aquí arriba. En el Barrio Transitorio Renacer. De los mil que éramos abajo, sólo ciento sesenta logramos calificar”, recuerda.
Ahora, con su fuerza incombustible, afirma: “Dentro de dieciocho meses estaremos en unos departamentos preciosos. Yo he visto los planes del condominio que consideran todas nuestras observaciones, porque hemos trabajado muy bien junto a las autoridades. Es un sueño”.