Eva Ekeblad fue una agrónoma y científica sueca que promovió el consumo de la papa, tanto para la fabricación de nuevos productos, como para saciar el hambre de la época. Su trabajo la convirtió en la primera mujer en ingresar a la Real Academia de Ciencias Sueca.
Eva nació en Estocolmo. Pertenecía a una familia aristócrata y creció frecuentando salones literarios. A los 16 años se casó y más tarde tendría 7 hijos. Durante los viajes de trabajo de su esposo, Eva administraba la hacienda y propiedades familiares, y dentro de la nobleza comenzó destacar por su trabajo hacia los más desfavorecidos y pobres.
Paralelamente, Ekeblad comenzó a interiorizarse en la ciencia y sobre todo en la botánica al cultivar en el jardín de su hacienda hortalizas, entre ellas la papa. La planta había llegado a Europa tras los viajes colonizadores, pero hasta ese entonces no tenía un uso predominante y solo estaba presente de manera ornamental en los vertederos de las familias más nobles. Fue en esta época que Eva comenzó a promover el consumo de la patata, popularizando sus propiedades para la fermentación y el destilado del alcohol. Además, con las semillas molidas descubrió una harina rica en propiedades para hacer pan. De esta manera las familias más pobres pudieron sobrellevar la hambruna gracias al tubérculo, el que además era de fácil cultivo y consumo, lo que lo convirtió en un alimento básico de los hogares.
Eva además utilizó el tubérculo para crear productos cosméticos que, al ser de producción natural, prevenían las reacciones que los químicos creaban en el organismo. Además, descubrió el uso de jabón como un mecanismo para teñir textiles.
Estos hallazgos le abrieron las puertas a la Real Academia de Ciencias Sueca, a la que ingresó en 1748 como la primera mujer. Esto marcó un hito, sin embargo, no logró ser un miembro pleno y solo tuvo el título de miembro honorable, restricciones de la época donde la ciencia predominaba para el género masculino.