La estadounidense Emma Stebbins fue una pionera para las escultoras en su país, y la primera mujer en recibir el encargo de una estatua por parte de la ciudad de Nueva York: su famoso Angel de Bethesda es un icono del Central Park.
Emma nació en una familia acomodada, una de nueve hermanos, que la animó a profundizar su interés en el arte. Emma pintaba, y tuvo reconocimiento temprano, su trabajo se exhibió en la Academia Nacional del Diseño.
Soltera, ya con cuarenta años cumplidos, su familia la animó a partir a Europa, donde comenzó a trabajar de manera más profesional la escultura. Es a partir de ese cambio de continente donde Emma Stebbins hace las obras por las que es recordada hoy, recibiendo encargos para estatuas de bronce y mármol, más que cualquiera de sus contemporáneas.
En Roma conoció a la famosa actriz Charlotte Cushman; se enamoran y convirtieron en una potente pareja de expatriadas en Europa. Cushman promocionaba además el trabajo de la que consideraba su esposa.
El hermano de Emma estaba al mando del comité de Estatuas y Arquitectura del Central Park de Nueva York, por lo que siempre la rodeó la crítica del nepotismo. Con una carrera bastante consolidada de escultora, Emma se quedó con la comisión de una estatua para adornar uno de los corazones del parque, el de la terraza de Bethesda. El ángel de las aguas, la obra de Stebbins fue inaugurada en 1873: la figura de alas extendidas se encuentra bendiciendo la fuente. Hoy, más de cien años después, es uno de los monumentos más reconocibles de Nueva York.
Emma y Charlotte regresaron de Europa a Estados Unidos, cuando la actriz estaba ya estaba débil de un cáncer que por años no habían logrado erradicar; Stebbins puso en pausa su carrera para cuidar a su mujer. Y tras la muerte de esta, en 1876, se dedicó por completo a su legado, publicando un libro sobre su vida y sus cartas.
Emma Stebbins murió en 1882, aquejada de problemas a los pulmones, por tantos años esculpiendo y aspirando el polvo del mármol.