La obra de esta artista chilena pasa por la pintura y por las instalaciones; parte de la llamada “generación del 90”, Voluspa Jarpa se ha convertido en uno de los nombres más importantes del arte en su país. Es la única chilena que ha tenido una exposición individual en el museo MALBA de Buenos Aires, y en 2019, su trabajo es el centro del Pabellón chileno en la Bienal de Venecia.
Jarpa nació en Rancagua y pasó parte de su infancia y juventud trasladándose de colegio y país por el trabajo de su padre; vivió en Brasil y Paraguay hasta los 17 años, cuando regresó definitivamente a Chile y comenzó a estudiar en la Universidad de Chile. Sus primeros trabajos en pintura abordaban sitios eriazos en la capital, en una reflexión sobre la desolación, pero también como un reto a representar pictóricamente un lugar sin nada. Más adelante estudió a las mujeres histéricas, esas tratadas a principios del siglo XX por sus traumas que expresaban físicamente. Jarpa se fue pasando al mundo de la instalación y con su estudio de las histéricas, también representaba los dolores chilenos que el país no era capaz de conversar.
A partir de 1998 Jarpa se lanzó con una investigación de los documentos desclasificados de la CIA sobre la intervención norteamericana en las dictaduras de Latinoamérica. Fue un trabajo de casi dos décadas, donde transformó cerca de diez mil archivos en libros en instalación. Gigantografías transparentes de papeles, las tachas negras que censuraban la información también se convirtieron en parte del montaje. El trabajo de Jarpa, su “Biblioteca de la no historia”, dio la vuelta al mundo en bienales y exposiciones, incluyendo su propia muestra en MALBA.
El trabajo de la Bienal de Venecia la trae además de regreso a la pintura. La nueva obra de Jarpa tiene que ver con las hegemonías y el dominio de poderosos sobre débiles a la largo de la historia. Son textos, videos y objetos que crean un museo propio, donde hay pinturas sobre casos de canibalismo, o se revive un intento de mujeres por crear un partido político en Viena que fue boicoteado, hasta representar el concepto de “república bananera”.
Creditos: Galeria I Aninat; Artsy, Arte al limite; Artesur