Esta escritora y periodista peruana fue una de las primeras mujeres ilustradas de su nación. Destacó por su narrativa, considerada entonces subversiva por el reconocimiento que le otorgó al mundo indígena y las críticas que realizó a la Iglesia.
Aunque fue bautizada como Grimanesa Martina Matto Usandivaras, prefirió usar el nombre de Clorinda. Nació en Cusco en una familia acomodada que vivía en una hacienda del distrito de Coya. Creció en contacto con la naturaleza, cercana a la cultura indígena e incluso aprendió quechua. Tras la muerte de su madre, Clorinda tuvo que interrumpir sus estudios secundarios para hacerse cargo de sus hermanos menores. Más adelante quiso estudiar Medicina en Estados Unidos, pero su padre no se lo permitió, de manera que tuvo que contentarse con una formación autodidacta que incluyó conocimientos de física, historia natural y filosofía.
En 1871 se casó con el médico y terrateniente británico Joseph Turner, y vivieron en una finca en el pueblo andino de Tinta. Cinco años más tarde, en 1876, fundó la revista El Recreo, en la que escribieron importantes plumas de esa época.
En 1881 Clorinda enviudó y perdió gran parte de su herencia en manos de un sistema judicial corrupto. Vivió durante un tiempo en Arequipa, donde fue redactora del diario La Bolsa, y en 1889 se estableció en Lima, donde asumió la redacción de El Perú Ilustrado y publicó Aves sin nido, su primera novela, que causó gran controversia, ya que cuenta la historia de amor de un hombre blanco y una mujer mestiza, que además descubren que son medios hermanos, ambos hijos de un sacerdote mujeriego. La Iglesia católica inició una campaña en su contra que culminó con la excomunión de Clorinda y con la prohibición de su libro. Decidió entonces renunciar a su trabajo para evitar la censura contra el periódico. En 1892, junto a su hermano, David Matto, fundó la imprenta La Equitativa, donde trabajaban únicamente mujeres y con la cual editaron el diario Los Andes.
La escritora era cercana al entonces presidente Andrés Avelino Cáceres. Por eso, en 1894, cuando las tropas del caudillo Nicolás Piérola ocuparon Lima, no tardaron en destruir la casa de los Matto y también su imprenta. En 1895 Clorinda partió al exilio y nunca volvió a su patria. Se instaló en Buenos Aires, trabajó como profesora y periodista, y fundó la revista Búcaro Americano, en la que publicó a escritores como Amado Nervo, Rubén Darío y Ricardo Palma. Colaboró además con otros medios, como La Nación, El Tiempo y La Razón. Durante sus últimos años se dedicó a viajar por el mundo y a participar de distintas organizaciones feministas. Murió en Argentina en 1909 y quince años después sus restos fueron repatriados por resolución del Congreso peruano.
* Esta bacana es parte de nuestro libro Mujeres Bacanas Latinas