Su padre, un militar del régimen de Porfirio Díaz, fue enviado a Francia en 1897 a perfeccionar el invento que lo haría famoso, el primer rifle semiautomático del mundo, el fusil Mondragón. Fue en Europa donde Carmen Mondragón —quien más tarde sería conocida Nahui Olin— aprendió a tocar el piano y a leer. Luego entró a estudiar en un internado donde tuvo clases de danza, pintura, literatura y teatro.
De espíritu inquieto, Carmen volvió a Ciudad de México, donde conoció a su futuro marido, el pintor Manuel Rodríguez, miembro de los Contemporáneos. Los recién casados decidieron irse a París, donde se codearon con intelectuales y artistas de la época como Picasso, Matisse y el muralista Diego Rivera. Este último retrató a Mondragón como la diosa de la poesía erótica, Erato, en su obra La creación de San Ildefonso.
Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, la pareja se refugió en San Sebastián, y ambos comenzaron a pintar de manera autodidacta. Tras la muerte de su primer hijo recién nacido, volvieron a México, se divorciaron y Carmen conoció al pintor y escritor Dr. Atl. Para que la artista dejara atrás su linaje acomodado y se acercara a sus raíces indígenas, en 1922 él la bautizó como Nahui Olin, que para los mexicanos significa cuarto movimiento del sol que es el terremoto.
El cambio de nombre trajo aparejado una fértil producción artística que perseguía la «transmigración del ser», con pinturas cargadas de simbolismo, la mayoría protagonizadas por ella y sus enigmáticos ojos verdes. Además, comenzó a escribir poesía con ideas que la acercaron a los movimientos feministas de la época.
Su belleza y su actitud transgresora atrajeron a distintos artistas. En 1927 Antonio Garduño exhibió fotos de Carmen desnuda causando gran revuelo social. Nahui Olin expuso su obra por última vez en 1945. Luego entró en una profunda depresión de la que nunca se recuperó. Continuó pintando y escribiendo, pero sus últimos años de vida los dedicó a ser maestra en una escuela.
Murió en su casa natal, en Tacubaya, en 1978, rodeada de decenas de gatos. Su figura y legado pasaron desapercibidos hasta 1993, año en que Tomás Zurián expuso una recopilación de su obra denominada Nahui Olin, una mujer de los tiempos modernos en el Museo-Estudio Diego Rivera, en la Ciudad de México.
Créditos fotos: Museo Nacional de Arte, INBA
* Esta bacana es parte de nuestro nuevo libro Mujeres Bacanas Latinas.