Creadora del primer periódico “femenino” de Puerto Rico, Ana Roqué de Duprey impulsó el movimiento feminista en su país. Cofundó la Liga Feminista Puertorriqueña y la Asociación Puertorriqueña de Mujeres Sufragistas. Educadora y activista, publicó «Sara la obrera», una novela que apela a la alianza femenina, y «Luz y sombra», donde presentó a mujeres perjudicadas por las imposiciones sociales que restringen su sexualidad.
Proveniente de una familia de maestros, su madre le enseñó a escribir cuando tenía tres años y su padre le inculcó el amor por el saber. A los 11 se convirtió en asistente de maestra, a los trece comenzó a trabajar en la escuela privada de sus tías. Tenía 19 años cuando se casó con Luis Duprey, un latifundista/esclavista; como requisito le pidió a Duprey que le permitiera educar a los esclavos.
Estudió variadas disciplinas. Como botánica escribió el libro «Botánica de las Antillas» y como astrónoma se convirtió en miembro de honor de la Sociedad Astronómica de Francia. Fue la primera mujer en ingresar al Ateneo Puertorriqueño -una de las principales instituciones culturales- y a la Biblioteca Pública.
Trabajó en diversos centros educacionales y creó variadas revistas y periódicos para promover las ideas feministas. La primera revista se llamó «La Mujer». Tras la invasión de Estados Unidos a la isla en 1898, comenzó a enseñarle inglés a sus estudiantes para que se pudieran comunicar con los funcionarios estadounidenses. Al año siguiente, la nombraron directora de la Escuela Normal de San Juan.
En 1917 cofundó la “Liga Femínea Puertorriqueña”, la primera organización feminista del país, y siete años después la Asociación Puertorriqueña de Mujeres Sufragistas, una de las agrupaciones más poderosas en su lucha por establecer el derecho femenino al voto. Las activistas lograron su cometido en 1929. Dos años después de la muerte de Ana, en 1935 la ley finalmente entró en vigor.