Poetiza puertorriqueña, defendió el nacionalismo y la identidad de su país a través de sus escritos. Ella misma publicó su primera colección de poemas, Poema en veinte surcos, en 1938, a los 24 años. Escribía sobre la historia colonial de la isla, la esclavitud y el imperialismo estadounidense.
Nació en una familia pobre y trabajó como profesora hasta que se casó a los 20 años. Se divorció tres años más tarde y comenzó una relación con un exiliado político dominicano de familia aristócrata. Su nombre original era Julia Constancia Burgos García, y tras el divorcio decidió añadir el “de” antes de Burgos, que se usaba para indicar el estatus de casada o posesión.
Su poesía la hizo partícipe de los círculos intelectuales puertorriqueños en los que no lograba encajar del todo, tratándose de una mujer divorciada de la clase trabajadora, con ascendencia africana, en una sociedad fuertemente católica en la década de los ’30, donde no había lugar para discutir ni de igualdad racial ni de género.
Abandonó la isla en 1940 con su pareja. Fueron a Nueva York y luego a Cuba, donde vivieron dos años. Ese mismo año recibió un premio literario puertorriqueño por una colección de poemas y le sorprendió que su trabajo fuera reconocido. Volvió sola a Nueva York donde siguió escribiendo. Comenzó como colaboradora y luego se convirtió en editora del periódico socialista Pueblos Hispanos.
Sus últimos años estuvieron marcados por depresión y alcoholismo, pero nunca dejando de participar en eventos culturales, literarios y políticos. Murió en Nueva York a los 39 años. Fue encontrada en la calle, inconsciente y sin identificación, y falleció más tarde en el Hospital Harlem de neumonía empeorada por una cirrosis derivada de su alcoholismo.
Su familia supo de su muerte luego de buscarla durante semanas en las que no se había comunicado con ellos. Ahí descubrieron además que había sido enterrada en una fosa sin identificar y repatriaron sus restos a Puerto Rico.
Fue de manera póstuma que recibió reconocimiento en su país. La Universidad de Puerto Rico le otorgó un doctorado honoris causa en 1987 y varias escuelas en Puerto Rico y Estados Unidos llevan su nombre.