Regina Jonas, teóloga judía, fue la primera mujer en ser ordenada rabina; hasta el momento no se conoce ninguna otra que la preceda. De nacionalidad alemana, integró la resistencia contra el régimen nazi en la Segunda Guerra Mundial. Fue capturada, apresada por dos años y luego asesinada.
Nació en Berlín en el seno de una familia judía ortodoxa. Se graduó como profesora en 1923 pero no quiso ejercer. En vez, se matriculó en el Instituto Superior de Estudios Judíos donde asistió durante seis años a clases para rabinos liberales y educadores. “¿Puede una mujer ser rabina según la Halajá (ley judía)?”, fue su pregunta de tesis. “Si confieso lo que me motivó a mí, una mujer, a convertirme en rabina, me vienen a la mente dos cosas. Mi fe en el llamado de Dios y mi amor por los humanos. Dios plantó en nuestro corazón habilidades y vocación sin preguntarnos por el género”.
Cuando su profesor de tesis murió, su sucesor no quiso nombrarla rabina por ser mujer. Pese a que había terminado su formación en 1930, no le permitieron dar su examen final hasta 1935. Mientras tanto, trabajó como profesora de religión en distintas escuelas para niñas, donde enseñó la importancia de las mujeres en el judaísmo.
Aunque la oposición era fuerte, el rabino Max Dienemann, director de la Asociación de Rabinos Liberales, aceptó ordenarla rabina. En un inicio, tanto judíos ortodoxos como progresistas se negaron a reconocerla. Sin embargo, comenzaron a admirarla cuando decidió quedarse en su país a pesar de la persecución de su pueblo.
Empezó a predicar en algunas pequeñas congregaciones, instituciones de beneficencia acudieron a ella como consultora rabínica pastoral y también ofició los servicios religiosos en el Hospital Judío. Tras la Noche de los cristales rotos, se ocupó especialmente de las personas más necesitadas, enfermas y ancianas. En 1942 la deportaron con su madre a Theresienstadt, un campo-gueto para judíos distinguidos y ancianos. Continuó enseñando, estudiando y predicando hasta que fue trasladada a Auschwitz. Murió a los dos meses de llegar, tenía 42 años.