La cineasta chilena Claudia Huaiquimilla se ha transformado en una de las más aplaudidas de su generación; aunque en esta conversación cuenta que nunca pensó en ser directora.
En el 2016 Huaiquimilla sorprendió con “Mala Junta”, la historia de una amistad de dos adolescentes en un sur afectado por el conflicto y la estigmatización contra el pueblo mapuche; una película pequeña que fue un sorprendente éxito de público, gracias al boca a boca.
Luego vino Mis hermanos sueñan despiertos (2021), estrenada en Locarno y ganadora de varios premios en el Festival de cine de Guadalajara. Está inspirada en una tragedia real, donde una decena de niños y adolescentes del Sename murieron en un incendio.
Y ahora vino “42 días en la oscuridad”, la exitosa serie de Netflix basada en el caso de Viviana Haeger, la mujer desaparecida en 2010 en Puerto Varas, cuyo cuerpo se encontró varias semanas después en su misma casa. Un caso mediático, que Huaiquimilla adaptó a serie junto a Rodrigo Fluxá en guión; y donde se dividió la dirección con Gaspar Antillo.
En esta entrevista Huaiquimilla habla sobre la decisión de hacer un policial pero romper las reglas y no mostrar el cadáver, y de la necesidad de darle afectividad a una historia deformada por los titulares (y de no “retratar el sur como santiaguinos”). Además, habla de ser “poco objetiva”, de las envidias y aprendizajes en la industria, y el tener que demostrar que ser mujer y cineasta y ser usada para rellenar cuotas de género en la industria: “Es doloroso tener que demostrar que es más que eso”, dice. “Mi desafío es demostrar eso y que no sea una carrera personalista”.
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