Con 34 centímetros Mary Quant revolucionó a la sociedad inglesa en la década de los 60. La diseñadora británica creó la minifalda, prenda que se convirtió en símbolo de liberación femenina, imponiendo un nuevo estilo que rompía con la vestimenta establecida en las mujeres.
Hija de dos profesores de colegio que no le permitieron estudiar moda, Mary estudió ilustración en la Escuela de Arte de Goldsmith, y tras graduarse comenzó su carrera tras asociarse con su esposo Alexander Plunket Greene. En 1955 abrió la boutique “Bazaar”, tienda que en un principio vendió confecciones de otros diseñadores hasta que Quant decidió innovar en la moda con un estilo jovial, con colores llamativos, nuevos prototipos femeninos y prendas que se fueron adecuando a una década de modernización y agitación social. Fue ahí cuando la minifalda, nombre nacido por el clásico mini cooper, se convirtió en una confección que transgredió lo establecido. La prenda se impuso como una tendencia juvenil y rebelde que se oponía a todos los canones de vestimenta, y que estaba caracterizado por ropa austera y conservadora donde la mujer replicaba el vestir de su madre. Pese a los cuestionamientos, la minifalda se unió a los armarios de reconocidas mujeres, como Jacqueline Kennedy y la modelo Twiggy.
Quant, quien había partido como diseñadora autodidacta, se convirtió en la mujer más influyente de esa década en moda. Hizo alianzas con grandes tiendas estadounidenses, y sacó líneas de ropa modernas y a costo accesible. Se estimaba que cerca de siete millones de mujeres tenían a lo menos alguna prenda de sus colecciones o diseños en su guardarropa.
Durante los años 70 siguió expandiendo su imperio a belleza, decoración y más. Ha publicado dos autobiografías, y recibido honores como la Orden del Imperio Británico, y el premio del Hall de la Fama del British Fashion Council.