Monja portuguesa del siglo XVII, a Mariana Alcoforado se le atribuye la obra “Cartas portuguesas”, una recopilación de misivas de amor dirigidas a un oficial francés. Escritas entre 1667 y 1668, recorrieron Europa en múltiples ediciones e idiomas. Según la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana de 1921, “se consideran como una obra maestra de literatura amorosa”.
Miembro de una noble familia, a los diez años ingresó al convento de Nuestra Señora de la Concepción ubicado en Beja, su ciudad natal. A los 20 se enamoró del capitán francés Noël Bouton de Chamilly: “Desde aquel mirador te vi pasar, con aires que me arrebataron, y en él estaba el día en que comencé a sentir los primeros efectos de mi desatinada pasión”.
Entablaron un romance secreto, y cuando la familia de Mariana se enteró, trasladaron al militar de regreso a su país. Pese a que estuvieron juntos sólo por unos meses, ella no pudo olvidarlo. Comenzó a enviarle cartas declarando su profundo e intenso amor: “Te consagré la vida desde que en ti se posaron mis ojos, y siento en sacrificársela un místico placer».
Sus sentimientos no fueron correspondidos. Sintiéndose traicionada y abandonada, le reprochó a Bouton su desconsideración. “¡Cuántas inquietudes me habrías ahorrado si, los primeros días que te vi, tu manera de proceder hubiese sido tan desatenta como me ha parecido la de después!”.
Traducidas al francés por Gabriel de Guilleragues, cinco de las cartas que Mariana escribió fueron publicadas en un libro “anónimo”. En 1669, el editor parisino Claude Barbin las leyó por primera vez en el salón literario de París creado por la marquesa Catherine de Vivonne. “Es sobre la pasión profunda, alucinada, dolida, de una pobre monja extranjera”, dijo esa noche.
Sin saber nunca más nada del joven oficial, Sor Mariana se autoimpuso una vida de penitencia y recogimiento. Alcanzó la condición de madre superiora en el convento y murió a los 83 años en el lugar donde pasó casi toda su vida. Su historia ha inspirado obras de teatro y películas.