Fue una destacada escritora, famosa por sus “Cartas desde la embajada”, que escribió desde Turquía. Además Mary Wortley Montagu fue una mujer atrevida, que llevó hasta Gran Bretaña la técnica de la inoculación contra la viruela.
Nació en una familia de la aristocracia y recibió buena educación; ella misma aprendió latín gracias a la biblioteca de su hogar. Con menos de 20 años ya había publicado ensayos y poemas. Mary era muy hermosa, pero su piel acarreaba las marcas de la viruela, una enfermedad contagiosa que dejaba cicatrices en el cuerpo a quienes la sobrevivían y que había matado a su hermano; uno de cada cuatro infectados moría de ella.
Aunque su padre había escogido un marido para ella, Mary en vez decidió huir y casarse en vez con un aspirante a político llamado Edward Wortley Montagu. Él fue nombrado embajador en Constantinopla, hoy conocido como Estambul. La pareja partió, llevando a sus hijos. Fue desde Turquía que Mary escribió cartas, describiendo la sociedad de la época. La compilación de estas misivas es valorada hasta el día de hoy por historiadores, y la mantuvieron como una precursora de la escritura en su país hecha por mujeres.
En Turquía Mary notó que nadie traía las cicatrices de la viruela. Se enteró de que las mujeres turcas usaban el pus de alguna herida infectada ajena, y se la aplicaban en pequeños cortes. Con eso generaban una pequeña infección en el cuerpo que rápidamente desaparecía y las dejaba protegidas.
Mary se atrevió a hacerlo con su hijo, y de regreso en Gran Bretaña, optó por inocular a su hija frente a una nueva epidemia de viruela. En su país Mary se encontró con gran resistencia a la técnica, entendida como rudimentaria, y mal vista por los doctores -todos hombres-. Fue luego de que la Princesa de Gales se entusiasmara y pidiera inocular a sus hijos tras ver el éxito en los de Mary, que comenzó a expandirse. Eventualmente sería uno de los primeros pasos de las técnicas de vacunación modernas.
Mary dejó Inglaterra y vivió por un tiempo en Italia y Francia; nunca más vio a su esposo, y tuvo relaciones con otros hombres. Al enterarse de que era por fin viuda, volvió a Londres para ver a su hija y nietos.