“Soy la única boxeadora profesional que es madre en China”, dijo en una entrevista Huang Wensi. Fue ella quien invitó a otras madres a verla competir para que además de vivir para la familia, vivieran para ellas mismas.
Nació en una pequeña ciudad en la provincia sureña de Guangdong, China. En 2002 un entrenador descubrió su potencial. Comenzó a aprender boxeo y tres años después se incorporó a un equipo provincial del que fue parte hasta que sufrió una lesión en 2011.
A los 27 años tuvo un hijo junto a Deng Peipeng, su marido. Padeció depresión post parto, confesó que estuvo a punto del suicidio, hasta que decidió volver a tener un régimen intenso de prácticas para retornar a la lona como una profesional. “Sabía que esa era mi única salida”.
Huang es además profesora, y para ella “una mujer no se limita a ser esposa o madre en la casa”, así que si no estaba haciendo clases se encontraba en compañía de su esposo y su hijo en el gimnasio. La meta era participar en el Campeonato Continental Femenino de peso supermosca de Asia 2018 en Taiwán.
Cuando se presentó al certamen, estaba pasada por casi un kilo y medio de los 52 máximos permitidos para la categoría. Le dieron sólo dos horas para perder el peso extra. Saltó la cuerda en su habitación, corrió, sudó hasta que lo logró.
Los artículos relatan que entrecerraba los ojos, balanceaba los puños hacia su oponente. Daba golpes en serie, uno más fuerte que el otro. “¡Lo logré, lo logré hijo mío!”, gritó mientras bailaba en el cuadrilátero ante su rival.
La “reina del ring”. Así pidió que la llamaran tras ganar la pelea en siete rounds contra la tailandesa Jarusiri Rongmuang; había obtenido el cinturón de oro. Llamó a su hijo para contarle, era el día de su cumpleaños. Él emocionado saltaba al otro lado de la pantalla del celular.
En el 2019 la BBC la incluyó en su lista de las 100 mujeres más inspiradoras e influyentes del mundo.