Pianista y monja etíope, Emahoy Tsege Mariam compuso más de 150 obras de música para piano, violín y órgano. Creó una fundación a su nombre para ayudar a niños de escasos recursos a estudiar música, tanto en África como en el área de Washington, EEUU. Se hizo conocida internacionalmente recién en 2006 con el álbum “Éthiopiques Volume 21: Ethiopia Song”.
Nació en una familia etíope de clase alta bajo el nombre de Yewubdar Guèbrou. Hija del alcalde de la ciudad de Gondar y de una descendiente de la nobleza, a los seis años la enviaron junto a su hermana a un internado en Suiza. Allí aprendió a tocar el violín y el piano.
Volvió a su país en 1933. Durante la invasión italiana de Etiopía, la enviaron con su familia a campos de prisioneros en Italia. Tras el conflicto se mudó a El Cairo para continuar con su formación musical. Fue discípula del violinista polaco Alexander Kontorowicz. Dos años después regresó a Etiopía acompañada por Kontorowicz quien dirigiría la banda de la Guardia Imperial.
Autorizada por el emperador Haile Selassie, se convirtió en la primera mujer en trabajar como asistente en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Escribió sus propias composiciones y asistió a Kontorowicz en sus labores. Le ofrecieron una beca para la Royal Academy of Music de Londres, pero por razones desconocidas el emperador se la negó.
Hubo que hospitalizarla debido a una gran depresión. Estando así decidió convertirse en monja e ingresó al monasterio Gishen Debre Kerbe. Al hacer sus votos la renombraron Emahoy Tsegué-Maryam. Vivió por diez años descalza y orando hasta que por problemas de salud regresó a vivir con su familia. Retomó el piano y empezó a componer.
Grabó sus canciones y lanzó su primer disco en 1967 con el fin de recaudar dinero para organizaciones benéficas. En 1984 huyó de la dictadura de Mengistu Haile y se internó en un convento etíope en Jerusalén. Con ayuda de la música Maya Dunietz, comenzó a recopilar sus obras. Siguió tocando el piano hasta que murió a los 99 años.