Periodista, activista por los DDHH y escritora mexicana, Lydia Cacho denunció una red de explotación infantil en Cancún y logró la primera sentencia por tráfico sexual de niños y pornografía infantil en México y América Latina. Embajadora de Buena Voluntad para la Agencia de la ONU contra la Droga y el Crimen, cofundó el Centro Integral de Atención a las Mujeres (CIAM).
Cuando era niña quería ser poeta. A los 16 años ganó una beca literaria con el escritor Juan José Arreola quien le dijo que nunca sería buena ya que “estaba demasiado preocupada por la realidad”. Viajó a Cancún con su familia para certificarse como buzo y se enamoró del lugar. Luego, a los 19, se fue por un tiempo a vivir a París.
Ya de regreso en su país se mudó a Cancún, consiguió un puesto en un periódico y trabajó en la sección de cultura. Pronto quiso hablar de otros temas. Investigó sobre violencia de género, salud, infancia y delincuencia organizada.
En 1990 cocreó el colectivo «Esas Mujeres A.C» con la misión de promover los derechos de mujeres, niñas y niños víctimas de explotación sexual. Una década después cofundó CIAM para ofrecer atención personalizada a través de un Centro de Atención Externa y un Refugio de alta seguridad. Implementaron programas enfocados a la prevención de la violencia de género y social.
En 2004 publicó «Los demonios del Edén», libro en el que reveló los nombres de empresarios y políticos implicados en una red de pornografía infantil. Con el pretexto de tener una acusación legal en su contra, la Procuraduría de Puebla la secuestró y torturó.
Conferencista, directora y conductora «Somos Valientes», miniserie educativa sobre ética en la infancia, en 2019 se exilió en España luego de que entraran en su casa y mataran a sus tres perras. Merecedora de diversas distinciones internacionales, convirtió su libro «Memorias de una infamia» en obra de teatro y en 2024 grabará una serie de su vida.