Por mucho tiempo se pensó que los dipnoos, también llamados peces pulmonados, eran parte de la escala evolutiva que iba desde las especies marinas, hasta los mamíferos que luego poblaron la Tierra, incluidos los humanos. Pero una paleontóloga en China comprobó que no era así, sino que en realidad eran los sarcopterigios, o peces de aletas carnosas que existieron hace 400 millones de años, quienes realmente son nuestros predecesores. En una larga carrera Meemann se ha vuelto un referente de la paleontología con descubrimientos como este, lo que ahora le ha valido ser una de las cinco científicas del mundo honradas con el premio L’Oréal-Unesco de 2018.
Ella ha dicho que su entrada al mundo de la ciencia fue tan organizada como su matrimonio, y que fue un vida llena de sacrificios. Dejó a su hija de un año con su madre, y partió en los años 60 a estudiar a la Universidad Estatal de Moscú, y no la vio por años. Su doctorado lo hizo en la universidad de Estocolmo. Desde entonces comenzó una estelar carrera de descubrimientos, como parte del el IVPP, el Instituto de Paleontología y Paleoantropología de China, donde hay cientos de fósiles y especímenes a estudiar, y para entender de dónde venimos los seres humanos. Meemann Chang se convirtió en la primera mujer en dirigir el prestigioso instituto, en 1983. En los últimos años, ha estudiado la distribución de fósiles de peces en Asia del Este que están ahí desde la era mesozoica, por ejemplo. Hay varias especies descubiertas bautizadas en su nombre, como los mismos sarcopterigios, un dinosaurio y un ave extinta, llamada Archaeornithura meemannae.
El prestigioso premio L’Oréal-Unesco le fue otorgado por ser una “pionera del trabajo en el registro de fósiles, lo que ha llevado a entender cómo los vertebrados acuáticos se adaptaron a la vida y la tierra”. Al aceptar el honor ella dijo: “mi trabajo explora preguntas fundamentales de quiénes somos y de dónde venimos”.