El mar importa. Kerstin Forsberg, bióloga marina y activista peruana, lo sabe desde muy pequeña. Su misión es proteger a la mantarraya gigante. Su misión es que todos sepamos cuánto dependemos del océano, cuál es nuestro rol para protegerlo. Para ella, la vida en este planeta existe gracias a él.
Dos de cada tres veces que respiramos, ese aire que uno está tomando contiene oxígeno que viene del océano. Éste regula nuestro clima a través de la conexión con la atmósfera, hace que nuestro planeta sea habitable. Contiene el 96% de toda el agua de la Tierra, es ahí donde viven millones de especies.
Todos sus libros infantiles eran de animales. Formó su primer club ecologista a los nueve años. En 2009 fundó Planeta Océano -ONG de la que es directora-, para empoderar a comunidades costeras peruanas en la conservación marina a través de la investigación, educación y esfuerzos de desarrollo sostenible.
Construyó plataformas participativas como la Red de Educadores Marinos del Perú, fomentó el ecoturismo comunitario con un ojo particular en la conservación de las mantarrayas gigantes de la costa norte de Tumbes. Lo que más le llamó la atención fue su vulnerabilidad: se reproducen al ritmo lento de una cría cada dos a siete años. Esto significa que si no las cuidamos, en un futuro podrían extinguirse.
Es miembro del Consejo Directivo de la organización internacional Migramar. Ha trabajado como consultora para los sectores privados, gubernamentales e intergubernamentales, incluido UNESCO y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental.
La galardonaron con el International President’s Award 2013 del Fondo Mundial para la Naturaleza. Ganó el premio Whitely, también conocido como los “Green Oscars”, y el Rolex para empresas. La revista Time la destacó como una de las líderes de la próxima generación e integra la lista World’s Greatest Leaders de la revista Fortune.
Reconocida como una de los “10 emprendedores sociales líderes en América Latina” por Univisión, Kerstin siempre amó la naturaleza. Para ella, cada uno de nosotros podemos ser agentes de cambio. Desde nuestros distintos roles en la sociedad, tenemos algo que contribuir.