“El mono está fuera de la jaula y ahora es campeón olímpico“, Rafaela Silva respondió así a quienes la atacaron por ser negra, pobre y lesbiana.
Ciudad de Dios es cinematográficamente la favela más famosa de Brasil por su altísimo nivel de violencia. Ahí creció la deportista Rafaela Silva y como se trata de sobrevivir, decidió dedicarse al judo para encauzar su agresividad.
Llegó a competir a los Juegos Olímpicos de 2012 pero fue descalificada en las rondas preliminares por un agarre ilegal. Lo peor vino después, cuando comenzó a recibir todo tipo de insultos racistas a través de los medios y las redes sociales.
Pero no se rinde: en Río se proclamó campeona olímpica en judo femenino en la categoría menos de 57 kilogramos y fue la primera medalla de oro para el país anfitrión. Rafaela se ha convertido en la principal imagen de la campaña “Por unas Olimpiadas sin racismo”.