Stephanie Land luchó contra la pobreza, limpiando casas mientras iba a la universidad y cuidaba a su hija como madre soltera. Sus memorias sobre sus experiencias navegando el sistema estatal y el vistazo que su trabajo le dio ante vidas ajenas, se transformó en un best seller. Hoy ha sido convertido en la serie de Netflix Las cosas por limpiar.
Stephanie creció entre los estados de Washington y Alaska, en una familia de clase media. Cuando era una veinteañera con sueños de ser escritora, quedó embarazada. Huyendo de esa relación abusiva se transformó en madre soltera y perdió el apoyo de su familia. Vivió en casas de acogidas para personas sin techo, y se puso a limpiar baños y casas ajenos, para poder mantenerse a flote. Logró una beca a la Universidad de Montana, donde tuvo que hacer malabares para estudiar, trabajar y cuidar a su hija.
Stephanie se volvió a emparejar y, de nuevo embarazada, le faltaba un semestre para graduarse cuando decidió que no podía seguir limpiando tinas. Se puso a escribir, y así nació el libro Maid, cuyo subtítulo se traduce a “Trabajo duro, sueldo bajo y el empuje de una madre para sobrevivir”.
El libro fue un éxito, y fue el gran empuje, ha contado Stephanie, para por fin tener estabilidad económica. Llegó al tope de las listas de los más vendidos, fue alabado por Barack Obama y por Oprah Winfrey, y finalmente le cambió la vida. Hoy, es una exitosa serie de Netflix que además mezcla temas de violencia intrafamiliar, salud mental y más.
Aunque la serie de Netflix le añade elementos de ficción -su madre no es bipolar, pero viajaba a Europa cuando su hija no tenía techo, sin ayudarla-, ha empujado la conversación sobre las condiciones laborales de trabajadoras domésticas, o de las ayudas del Estado que no siempre terminan por auxiliar a las personas a salir de debajo de la línea de la pobreza.
Hoy Stephanie está casada, es madre de dos hijas, y vive en Missoula, Montana, donde escribe su segundo libro.