Una leyenda de la pantalla grande, nominada a cuatro Premios Oscar, la actriz sueca Greta Garbo protagonizó películas tanto mudas como sonoras. En los años 20 se convirtió en una de las actrices mejor pagadas de la industria cinematográfica estadounidense.
Proveniente de una familia de origen rural, nació en uno de los barrios más pobres de Estocolmo. A los 14 años quedó huérfana de padre. Dejó el colegio y comenzó a trabajar para ayudar a mantener a su familia. Se desempeñó como ayudante en una barbería, vendió sombreros, atendió almacenes. Cuando tenía 17 años le otorgaron una beca para formarse como actriz en el Teatro Dramático Real de Estocolmo.
En 1923, Mauritz Stiller, el principal director de cine mudo de Suecia, la eligió para protagonizar su película “Gösta Berlings saga”. Dos años después, aterriza en Hollywood, donde como la estrella del largometraje “The Torrent”, pronto se posicionó como una de las favoritas de la industria.
En 1930 actuó en sus primeras películas sonoras: “Anna Christie” y “Romance”. Ese mismo año la nominaron por primera vez al Premio de la Academia a la Mejor Actriz. Éxito de taquilla, logró un contrato único en la industria el cual le permitía vetar guiones, coprotagonistas y directores. Con su figura trágica y aura de misterio, fue considerada la mejor actriz de su generación, gracias a roles en Ninotchka o Camille. A los 36 años se retiró de las pantallas, se trasladó a Nueva York y vivió las siguientes cinco décadas evitando hacer apariciones públicas.
En 1954 le otorgaron un Oscar honorífico y 1999 el American Film Institute la nombró como una de las cinco estrellas femeninas más importantes de la historia del cine hollywoodense.